Una ciudad sitiada, la alimentación de su población comprometida, un comerciante avispado y un reto: ser el primero en llevar un cargamento de sal desde las islas Pitiusas hasta la costa del Garraf. ¿El argumento de una novela de Stevenson? Para nada. Es el hecho histórico en el que se inspira la regata de la Ruta de la Sal – Trofeo Pepe Ferrés, que este año ha celebrado su XXX edición.

Navegando en la historia

En el año 1846, los ejércitos Carlistas bloquean Barcelona haciendo que el suministro de sal, principal conservante del momento, escaseara en la ciudad. Esta situación crítica, puso en alerta a un conocido hombre de negocios quien planteó la siguiente gesta a los mejores navegantes del momento: romper el bloqueo trayendo un cargamento de sal desde Ibiza hasta la costa barcelonesa. Para incentivar a patrones, a los primeros en llegar se les pagaría con una buena cantidad de oro, mientras que a los últimos tal vez no les llegaría ni para el salario de sus tripulaciones.

Tres naves fueron las primeras en llegar en esta primera carrera llena de épica: la goleta El Halcón Maltés (¿podría haber nombre mejor?), el jebeque Jerba y el bergartín Arrogante, consiguiendo cada una de ellas su recompensa en oro. Del resto, ni nos consta el nombre, ni la suerte de sus tripulantes. No habían premios de consolación en aquel tiempo.

Inspirados por un reto

Con esta historia como referencia, un grupo de navegantes nostálgicos y románticos (y qué navegante no lo es) impulsa en 1986 la Ruta de la Sal, que en su primera edición parte de Port Ginesta a Ibiza con 36 barcos participantes.

En esta trigésima Ruta de la Sal, celebrada entre el 13 y el 16 de abril, casi 200 veleros han puesto rumbo a Sant Antoni de Portmany saliendo desde los puertos de Port Ginesta, Denia y Andratx, que se corresponden con la versión Norte, Sur y Este – por primera vez –de la regata. Una nueva edición en la que el poco viento y los largos periodos de calma han sido las condiciones predominantes pero que no han impedido a las embarcaciones Clajasan, Blue Dragon y CLEM proclamarse vencedoras, respectivamente, de cada una de las versiones.

Salinas

Definitivamente, esta es una regata de altura de inspiración clásica pero de espíritu renovado, que ha incorporado como novedad la categoría Salina, para barcos con patrona y al menos 50% de la tripulación femenina.

¡Por 30 años más!

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