Antes de iniciar un viaje, solemos tener una idea del lugar que vamos a visitar. Las experiencias de otros, los blogs de viajeros, las guías del país o libros y películas que hemos leído y visto van formando una idea en nuestra mente sobre lo que vamos a encontrar. Casi siempre, todos estos imputs crean una opinión en nuestra mente: es lo que suele hacer que elijamos un lugar como destino para nuestras vacaciones.

Así que lo que espera encontrar cada viajero en un lugar es tan diferente como diferentes personas lo visitan. Pero, en el caso de Cuba, la mayoría de las veces encontramos dos tipos de visitantes: los que buscan sol, playa y mojitos sin parar o bien, los que quieren descubrir la esencia de este país donde parece haberse detenido el tiempo.

Pero, ¿qué podemos encontrar hoy en Cuba que nos sorprenda?

Habana

La Fábrica de Arte Cubano – Barrio de El Vedado, La Habana
Grandes naves industriales, remodeladas y acondicionadas para albergar el arte más vanguardista. Gente relacionada con la cultura, el espectáculo y la vida social recorren sus salas viendo y dejándose ver. Podría estar en Barcelona, Berlín o Nueva York pero este centro cultural de autogestionado se encuentra en el Vedado, el que fue uno de los barrios más pudientes de la Habana. Antigua fábrica de electricidad a principios del siglo XX, fue también fábrica de aceite y almacén de la Industria Pesquera durante algunas décadas después de la revolución cubana. Hoy, la Fábrica de Arte Cubano (FAC) es un caso insólito en la isla ya que parte de la iniciativa personal del músico X Alfonso y cuenta con el apoyo del Ministerio de Cultura del país.

Cine, teatro, música, danza, fotografía, literatura, pintura, escultura e incluso diseño gráfico y arquitectura se dan cabida en sus naves haciendo honor a su lema: todas las artes en un mismo espacio. Este centro artístico, además de apoyar y promocionar a los artistas cubanos tiene también un objetivo social, acercando creadores y público. Pero la FAC no solo es alimento para la cultura. También cuenta con varios cafés en su interior en los que se sirven platos y bocadillos que bien podrían salir de un food truck de cualquier evento hipster al otro lado del océano.

Así que, si visitas la isla y buscas ver algo más que el fondo de una copa de daiquiri tras otra, te invitamos a visitar este lugar y sentir el latido de la vanguardia cubana para conocer de cerca esta propuesta nocturna y de ocio. Un lugar único que pone a La Habana unas cuantas décadas por delante en el tiempo.

 

Cienfuegos

Carnaval
¿Te imaginas qué tienen en común cualquier localidad cubana con el pueblo de tus abuelos? No, no solo los genes de algún paisano que se fue a hacer las Américas. Lo que une a pueblos de uno y otro lado del océano son sus fiestas de verano. Música, ritmo y ganas de liberación hacen vibrar las calles de lugares como Cienfuegos, Viñales y por supuesto La Habana- entre muchos otros- en pleno agosto.

Pero claro, tratándose del Caribe han llevado estas fiestas a otro nivel, como no podría ser de otra manera. Para empezar, las típicas fiestas de verano se han fusionado con el carnaval y en ellas la romería se convierte en rúa, la sangría en cerveza de pipa (distribuida a granel desde camiones), el pollo a l’ast en cerdo asado y la verbena de la plaza en calles tomadas por la música y bailarines espontáneos en cada esquina.

Probablemente el Carnaval más espectacular sea el de la Habana, con sus grandes carrozas y comparsas veteranas. Pero vivirlos en una ciudad más pequeña -como Cienfuegos- te da la oportunidad de alojarte en una de las espectaculares casas particulares de la Bahía y disfrutar mucho más de cerca de estas fiestas en las que todo queda conjurado para bailar, comer y disfrutar a cualquier hora…

¡Hasta que se seque el Malecón!

Calles_Trinidad

Disco Ayala – Trinidad
Imagina cientos de personas llevando el ritmo a la vez en una cueva milenaria donde la única decoración posible son miles de estalactitas y estalagmitas. Una caverna enorme tan alta como la nave de una catedral rodeada de otras más pequeñas. Desde lo alto, un maestro de ceremonias invoca a los fieles y les hace moverse al mismo ritmo. Un gesto suyo y la masa enloquece.

No, no es una escena de Indiana Jones ni de la película Blade. Nadie le sacará con la mano el corazón a nadie, ni los congregados se convertirán en vampiros. Se trata de la discoteca Ayala, en el corazón de Cuba y late con su propio ritmo.

Situada a las afueras de la bellísima Trinidad, donde sus calles empedradas pierden el pavimento y las fachadas los vivos colores, se encuentran en esta cueva cada noche locales y turistas para llevar al máximo su hambre de diversión. Un lugar legendario que sorprende por su valor natural y –al mismo tiempo- por escuchar el último éxito de cualquier pista del mudo en un entorno así.

Pero esta caverna legendaria guarda más historias que las de los hits del dancefloor. A finales del siglo XIX fue refugio de Carlos “Coco” Ayala, condenado por la desaparición y asesinato de una niña de Trinidad.

¿Será este el origen del Coco con el que intentaban que nos portáramos bien de niños? En cualquier caso, la visita a la Disco Ayala y –por supuesto- a Trinidad y sus alrededores, siempre merece la pena.

 

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